domingo, 10 de febrero de 2008

La contaminación de la industria de Celulosa


Viva mi Tierra y la de Arturo!!!

http://www.ellitoral.com/index.php/diarios/2008/01/23/politica/POLI-01.html?origen=rss

La noticia describe a la perfección las tensiones que se producen entre dos sectores humanos, uno que lucha por el desarrollo sostenible y la preservación del medio ambiente en buen estado, y otro que antepone a esto las necesidades económicas y de trabajo.
La instalación y el comienzo del funcionamiento de la planta papelera Botnia de Fray Bentos en Uruguay, le ha supuesto a la localidad uruguaya una gran fuente de trabajo que ha hecho disminuir el paro de forma notoria. Sin embargo, esta instalación se sitúa a la orilla del río Uruguay en la frontera con Argentina, lo que provoca que los desechos contaminantes que se viertan en el agua contaminen al país vecino. Otra de las quejas viene por otro tipo de contaminación, la atmosférica. Los ciudadanos argentinos de ciudades próximas a Fray Bentos se han visto obligados a empezar a convivir con malos olores debido a la emanación de gases dañinos por parte de las chimeneas de Botnia.
Las protestas contra el cierre de la fábrica son incesantes desde su apertura por parte de la sociedad argentina. A pesar del empleo y las ganancias que le genera a Uruguay la fábrica, se piensa que el trabajo es algo que puede ser pasajero, mientras que con el medio ambiente hemos de convivir toda la vida, lo encontremos en el estado que lo encontremos.
El conflicto ha llegado a una magnitud colosal, y se ha producido un conflicto gubernamental entre argentinos y uruguayos, en parte por la demagogia de los políticos argentinos con respecto al tema (hay en la propia Argentina otras fábricas papeleras que contaminan lo mismo o más que la de Fray Bentos) y el cinismo del máximo mandatario de Uruguay, Tabaré Vázquez, empeñado puerilmente en eludir el tema de la obvia contaminación que produce Botnia. En el conflicto ha mediado el rey Juan Carlos pero con escasos progresos en la negociación de los países suramericanos.
Yo creo que los seres humanos todavía no somos conscientes del daño que estamos produciendo a nuestro planeta, seguimos con una actitud egoísta y no cuidamos el medio ambiente que heredarán nuestros hijos y nietos. El caso de esta noticia es sólo un caso particular que elegí porque se plantean perfectamente dos posturas: La de defensa del medio ambiente en la que se exige el cierre de la fábrica o su traslado, que sólo les solucionaría el problema de los olores a ellos pero la contaminación seguiría existiendo y nos termina por afectar a todos por igual (con el cambio climático, por ejemplo). Y la otra postura es aquella propia del mundo actual que se rige por el dinero y gana el que más tiene o mejor lo utiliza para ganar más. Está claro que los trabajadores de la fábrica no son los culpables de la contaminación y que quieren mantener sus empleos a toda costa, los culpables son los que pudiendo detenerlo, no hacen nada para evitar que se siga contaminando cada día nuestra atmósfera, nuestro mar y nuestros ríos.
Si consiguiéramos detener las emanaciones nocivas o dañinas de las fábricas y avanzar en otros tipos de industrias más limpias, podríamos desintensificar el impacto que le causamos al medio natural en el que vivimos.
Creo que el tema es de total actualidad puesto que la preocupación por el medio ambiente y los efectos del cambio climático están a la orden del día en los intereses sociales. Incluso son temas de gran importancia en las propuestas electorales de los dos grandes partidos de España para las elecciones generales de este 2008.

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